El principal desafío de este proyecto era unificar el espacio de la cocina con el pasillo. Esto requería que ambos ambientes se construyeran con los mismos materiales para lograr esa simbiosis.
La cocina se diseñó delimitando dos zonas bien diferenciadas: una línea de columnas destinada al almacenamiento y a la ubicación de electrodomésticos ocultos, y una península como espacio de trabajo.
También es importante destacar que en este proyecto los clientes optaron por una campana decorativa de Franke, que aporta una estética muy característica.