Proyecto Zaitseva

El azul no es solo un color, es una emoción. Transmite calma, confianza y serenidad, pero también tiene un punto introspectivo, decidido y profundo. Esta cocina es su reflejo: un espacio que no busca seguir tendencias, sino expresar la personalidad de quien lo habita.
Diseñada al milímetro por una clienta que tenía muy claro lo que quería, este proyecto combina atrevimiento y armonía. El color azul se extiende por muebles y paredes en un gesto poco habitual pero muy coherente, que unifica el espacio y le da carácter. El acabado mate y la iluminación cálida ayudan a suavizarlo, creando un ambiente acogedor que invita a quedarse.
En el plano práctico, nada se ha dejado al azar. La cocina incorpora una nevera grande y un congelador pequeño integrado, optimizando la capacidad sin sacrificar la estética.
La península, además de funcionar como zona de encuentro, esconde espacio de almacenamiento adicional que suele pasar desapercibido. Todo está pensado para que la cocina sea tan funcional como personal.
Una propuesta valiente, singular y plenamente habitable.

Diseño: Propia clienta
Fotografia: Propia clienta
Ejecución: Mia Cuina

Galería

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